10 octubre 2006

PREHABILITACION

Dr. Carlos Sandoval Caceres

La discapacidad en el anciano está asociada al aumento de la morbilidad, y a su vez favorece otros resultados adversos como la hospitalización prolongada, el ingreso a asilos o casas de reposo, es decir; un mayor consumo de servicios de salud.

Una intervención eficaz para prevenir el declinamiento funcional, no solo va ha mejorar la calidad de vida del anciano a nivel de su salud física, sino también a nivel emocional, social y en su economía. Todos ellos afectados de manera negativa por la discapacidad.

Una injuria leve, que en un anciano saludable podría pasar desapercibida, en uno frágil acarrea el agravamiento de las limitaciones, desde el incremento del malestar a cambios funcionales pasando por el compromiso del estado de conciencia, lo que comúnmente denominamos síndromes geriátricos. Muchas veces son leves injurias las responsables del rápido declive del funcionamiento.

Intervenir mediante el entrenamiento antes que el anciano frágil sufra una caída; por ejemplo, es una de las metas que el grupo del Dr. Thomas Gill de la Universidad de Yale conceptualiza como PREHABILITACIÓN, sinónimo de acondicionamiento, entrenamiento y preparación antelada. Actuar eficazmente en el plano del entrenamiento físico antes que la injuria discapacitante ocurra.

El grupo del Dr. Gill, desarrollo una investigación cuyo objetivo era evaluar la prevalencia del declinamiento funcional entre los ancianos frágiles en la comunidad, en un estudio randomizado, donde evaluaron a 188 ancianos frágiles mayores de 75 años.

Los ancianos estudiados se distribuyeron en dos grupos. El grupo de Intervención al que llamaron PREHAB de 94 pacientes, y el grupo Control al que llamaron EDUCATE, también de 94 pacientes. Excluyeron a los ancianos postrados, a los portadores de demencia, a todos aquellos que tuvieron secuelas severas de ACV, infarto agudo de miocardio en los últimos 6 meses, fractura de cadera, reemplazo de rodilla y otros similares. La edad promedio fue 83 años, 81% del total fueron mujeres, y el 45 % de ellos vivían solos.

Los pacientes del grupo de Intervención (PREHAB) recibieron ejercicios físicos que incluían técnicas de balanceo, movilidad, fuerza muscular, instrucciones para el empleo de aparatos de ayuda, y educación para eliminación de las barreras arquitectónicas. El grupo Control solo recibió charlas de educación general, temas sobre nutrición, uso de medicamentos, inmunización.

El grupo de Intervención recibió al terapista físico en su domicilio por 6 meses, 16 veces. El grupo Control, recibió únicamente la visita de un educador en salud una vez al mes, más llamadas telefónicas periódicas. Para medir los resultados, se evaluó el balanceo, la marcha, flexibilidad y fuerza muscular en ambos grupos, desde una medición basal (al inicio del estudio), y mediante seguimiento a los 6, y 12 meses. En el grupo de Intervención terminaron el programa 61 pacientes y en el Control 78.

Los resultados del basal, previo al ensayo, fueron de 2.3 para el grupo de intervención y de 2.8 para el grupo control, luego se midieron ambos a los 7 meses obteniéndose 2 y 3.6 (con una P = 0.008), respectivamente, y a los 12 meses, 2.7 y 2.4 (P = 0.002). Los mayores beneficios se observaron en pacientes frágiles moderados, mientras que no existia diferencia estadistica significativa en los ancianos frágiles severos. La frecuencia de admisiones a Nursing Homes al año no vario significativamente en ambos grupos (14% y 19%) (P=0.37).

Concluyen, en este como en otros trabajos, que un programa domiciliario para mejorar la aptitud física de los ancianos frágiles puede reducir la progresión del declinamiento funcional. Quienes recibieron un programa de “prehabilitacion” mostraron menor declinamiento funcional al año comparando con el grupo control. Sugieren, además; que los programas de prehabilitacion podrían beneficiar tambien a las ancianos que deben ser sometidos a cirugías mayores, procedimientos médicos o quirúrgicos que los pudieran desacondicionar, o durante la hospitalización, e incluso a quienes van a cambiar de residencia dentro de la ciudad o hacia instituciones de largo plazo.